Laura vivia en un mundo extraño desde que conocio a Carlos, ese mundo le era ajeno, no era la vida que ella deseaba vivir, ese mundo la hizo volver extraña, tan extraña que ni ella misma se reconocia y sabia que con el tiempo eso iba a ir en su contra.
Estaba profundamente enamorada, con un amor tan intenso que le dolia y a la vez vivia en un cielo del que sabia que iba a caer en picado, y lo que le esperaba en esa caida, era el infierno. Carlos la hacia sentir llena, le hacia tocar el cielo con la punta de los dedos, pero eso, esa plenitud estaba apunto de volverse en vacio, Laura iba a vivir los peores momentos de su vida y Carlos seria alguien tan ajeno en la vida de Laura que para ella era como un tiro a quemarropa en el pecho que le destrozo las entrañas.
Hubo mas encuentros, hubo más amor por parte de Laura y más sexo fingido por parte de Carlos, hubo muchas risas, por parte de ambos y mucho dolor en cada risa de ella, siempre pensaba que esa podia ser la ultima, hubo mentiras y lagrimas por parte de ambos, pero Laura se llevo la peor parte, nunca volvio a ser la misma, siempre tuvo en su mente una palabra pronunciada por Carlos, una palabra de cuatro letras, cuanto daño hicieron esas cuatros letras, ASCO.
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