El cine la llamo Marilyn. Un mujer sin familia, una mujer manipulada por su psicoanalista hasta hacerla volver loca, una mujer que vivió su vida como en una partida de ajedrez, solo que ella jugo contra la muerte y en ese caso siempre se acaba perdiendo.
La mujer más deseada por todos los hombres de aquella época, dijo una vez que no podía ser feliz pero podía sonreír, una de sus canciones favoritas y en la que ella se veía reflejada es I'm Sorry de Brenda Lee, para ella era como una manera de pedir disculpas por no haber sido lo que ella quiso ser: madre y actriz
.
Tras algún matrimonio fallido, de maltratos por parte de su marido y la falta de afectos, Marilyn se aficiono a todo tipo de barbitúricos y calmantes, algunos de los mismos que tomaba Michael Jackson, medicamentos que parecen totalmente inventados para famosos.
John Houston la llamo puta, Laurence Olivier la denigró durante la película que protagonizaron, El Príncipe y la Corista, Arthur Miller uno de sus maridos dijo alguna vez que nunca debió casarse con una mujer tan tonta y Marilyn se hundió en una vorágine de drogas, amantes, relaciones sexuales con desconocidos, hasta marchitarse con solo treinta y cinco años.
Su grado de paranoia llego hasta limites insospechados, cuando Greenson, su psicoanalista, se fue a Europa cansado de escucharla (sic) Marilyn se compro un magnetofono donde se grababa desde su cama, sola, desnuda, borracha ... y donde ya reflejaba sus ganas de morir, obsesionada por su cuerpo y por lo que ella creía, perdida de su belleza. Marilyn y Greenson formaron una extraña pareja: la diosa del sexo de Hollywood y el estricto psicoanalista freudiano. Ella le había pedido ayuda para levantarse aquella mañana. Él fue la última persona que la vio con vida.
Conocer a los Kennedy le sirvió para bajar en picado su propia montaña rusa. No se si se suicido o si la ayudaron a suicidarse, pero siempre será la mujer más sexy del mundo.
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